Lucas Mugni: La joya santafesina

El fútbol argentino está en crisis. Hace cinco años que sus selecciones juveniles no destacan a nivel internacional. El año pasado, la sub-23 ni siquiera logró clasificarse a las olimpiadas de Londres, donde debían defender el oro. Los jovenes talentos del país ya no son codiciados por los grandes equipos de Europa y los clubes tienen que conformarse con venderlos a ligas de segundo nivel o equipos de mitad de tabla por mucho menos de lo que recibían antes. Esto, sumado a escalofriantes casos de corrupción en gran parte de los equipos grandes, ha llevado a un deterioro económico en la liga que se ha visto reflejado en el nivel futbolístico de la misma.

Hoy en día en el campeonato argentino no se juega bien al fútbol y es difícil encontrar equipos que ofrezcan algo distinto. Colón de Santa Fé es uno de ellos. Dirigido por Roberto Sensini, leyenda del Udinese, el conjunto sabalero despliega un juego reconocible y coherente, aspectos suficientes para destacar dentro de la liga. En el centro de las miradas encontramos a la estrella del equipo, Lucas Mugni. El jóven de 20 años es una de las mayores promesas del país y destaca cada jornada luciendo el 10 en la espalda, hecho que en la Argentina, cuna de Maradona, Bochini y Alonso, no es poca cosa. ¿Cuáles son sus virtudes y dónde está su techo? Hoy lo analizamos.

Sensini tiene en sus manos a una de las máximas promesas de su país.

Sensini para a su equipo en un 4-4-2 y coloca a Mugni de volante izquierdo unos metros por delante del doble pivote. Al sacar el balón, el santafesino tira un desmarque de apoyo por detrás de la linea de mediocampistas rivales, para recibir el balón de espaldas. Es aquí donde el ’10’ puede mostrar una de sus grandes virtudes. Lucas tiene un físico impropio para su edad y un excelente manejo del balón, por lo que es capaz de cubrir el esférico lo suficiente como para que Bastía y Prediger encuentren el espacio libre para recibir de cara. El recurso es tan efectivo que el conjunto sabalero lo utiliza hasta en los saques de banda, donde el receptor siempre es el joven crack argentino. Mugni baja el balón con una facilidad pasmosa y lo retrasa, descongestionando la presión rival. Los dos centrocampistas suelen entonces prolongar hacia las corridas en largo de los dos laterales. Colón logra salir de su campo con mucha naturalidad.

Mugni recibe de espaldas, controla y descarga. Colón sale.

Una vez que su equipo se instala en 3/4, Sensini ordena a sus dos mediocampistas más adelantados que se cierren. Los dos carriles externos pasan entonces a ser ocupados por las subidas de Uribarri y Caire y las caidas a banda de Curuchet. Con este movimiento Mugni asume una posición mucho más centrada, lugar donde marca verdaderas diferencias y pasa a ser el eje del ataque del conjunto sabalero. El ’10’ se acerca al balón para recibir siempre entre lineas. Su excelsa técnica le permite retenerlo y hacer una pausa para permitir que sus compañeros den un paso hacia adelante y se junten arriba. Para lograr esto Mugni cuenta con un amplio repertorio que hace que su juego sea muy agradable a la vista. Pisadas, giros, fintas, todo lo necesario para extender su dominio del balón un segundo más. En un fútbol que suele ir a mil por hora como el argentino, el repentino cambio de ritmo que supone cada contacto del ’10’ con el balón abre nuevas lineas de pase y genera ventajas. Lucas utiliza entonces su excelsa pegada -es el encargado de todos los balones parados de su equipo- para encontrar al compañero mejor situado para continuar el ataque. El joven argentino domina todos los golpeos. No es raro verlo ejecutar pases liftados hacia la banda, filtrados por detrás de la defensa o al primer toque, para escapar de la presión todo en un mismo partido.

Pero Mugni no es sólo un organizador, también puede batir lineas en conducción mediante su gran regate o disparar desde 30 metros. Además, cuando un lateral desborda por su banda, el ’10’ también es capaz de pisar área y llegar al remate desde segunda linea. Su gol contra Cerro Porteño esta semana así lo demuestra.

Pase liftado por encima de la defensa.

A pesar de todas estas virtudes, es necesario recalcar algunos defectos que podrían perjudicarlo en un eventual desembarco en Europa. Mugni necesita entrar constantemente en contacto con el balón, por lo que cuando no lo tiene suele acercarse demasiado al poseedor de este intentando recibir. Esto lleva a que cada contacto suyo, sea rodeado de adversarios y por más que su genial técnica haga que esto normalmente no sea un problema, sus movimientos limitan la ocupación de espacios de su equipo. El ’10’ nunca explota las zonas vacias con sus desplazamientos, no las sabe leer. Esto en Europa puede hacer que sea muy fácil anularlo. Lucas tiene que aprender a alejarse del balón para poder recibir con más tiempo y más opciones y permitirle a su equipo crear amenazas en todos los carriles.

Por último también cabe mencionar que si bien a la hora de defender suele regresar a su posición de volante izquierdo y probablemente no sufra el clásico problema de aclimatación del enganche argentino en Europa, su repliegue en la transición defensiva tiende a ser muy lento. Esto lleva a que Bastía tenga que realizar largas coberturas laterales, exponiendo el centro de la defensa hasta que Lucas haya regresado. Además, una vez que logra asumir una posición defensiva, su marca tiende a ser muy floja y su ocupación de espacios bastante deficiente. En las grandes ligas del mundo, esto llevaría automaticamente a la creación de constantes 2 contra 1 del rival contra el lateral izquierdo de su equipo y por consiguiente es un defecto a pulir si quiere triunfar en el viejo continente.

Al ver jugar a Lucas es imposible no recordar la figura de su máximo ídolo. Su forma de correr y de cubrir el balón son lo más cercano que se ha visto a Román desde que el ’10’ de Boca saltara a la fama mundial. Obviamente el techo de Mugni es más bajo que el de la leyenda Xeneize, pero el santafesino tiene las armas suficientes como para dejar su huella en el deporte. Probablemente, como la mayoría de talentos argentinos hoy en día, emigre a un club de media tabla en Europa. Una vez ahí, le tocará demostrar de qué está hecho. Seguro que todo su país estará expectante.

Mugni juega hoy, 30 de septiembre, a las 22:15 hora española.

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