Falta una jornada, pero tras 3 años de intensos partidos, los representantes de Sudamérica en para Brasil 2014 ya están decididos. El formato clasificatorio de “todos contra todos” asumido desde Estados Unidos 94 es largo y muy perjudicial para los clubes, pero parece ser que siempre logra filtrar a las cinco mejores selecciones del continente. Ayer ,dos de ellas se enfrentaron en el estadio metropolitano de Barranquilla y el resultado fue un partido colosal que ya es parte de la historia de estas eliminatorias. Pékerman y Sampaoli han diseñado dos brillantes equipos que seguro darán que hablar en el próximo mundial. Pasemos pues a analizar el maravilloso Colombia-Chile de anoche.
Para sorpresa de muchos, Sampaoli abandonó el 4-3-3 que tantos buenos resultados le había traído a Chile últimamente y paró a su equipo en un 3-4-1-2 con Alexis Sánchez y Eduardo Vargas en punta. Las razones del cambio se entendieron de inmediato. El ex-entrenador de la U de chile no quería darle a Falcao ninguna oportunidad de adueñarse del partido. Cualquiera de los 3 defensas podía seguir los ya famosos apoyos de Radamel con la total certeza de que sus espaldas iban a estar perfectamente cubiertas. Esto sumado al brutal trabajo de un estelar Arturo Vidal hacía que Colombia estuviera obligada a abrir el juego por las bandas. En teoría, este ajuste no debería haberle causados tantos problemas a la selección de Pékerman. Con Medel y Jara ocupándose de los delanteros rivales, los carrileros chilenos deberían haber quedado constantemente expuestos a un 2v1. Nada más lejos de la realidad. Alexis y Vargas se abrían cada vez que Chile perdía el balón y hacían un trabajo muy intenso sobre los dos laterales locales. No fueron pocas las veces que Armero y Medina perdieron la pelota en plena salida desde atrás. Chile estaba siendo mucho más intensa que Colombia y las diferencias se notaban en todo el campo de juego.
Pero los problemas de la selección local no se terminaban ahí. Sampaoli diseñó una serie de movimientos que le permitieron a su equipo plantarse en fase ofensiva con una facilidad pasmosa durante todo el primer tiempo. Cada vez que Chile recuperaba el balón, su principal objetivo era encontrar a Alexis Sánchez. Ya hemos hablado de lo importantes que son para la Roja los apoyos del jugador del Barcelona y, para desgracia de Colombia, el mecanismo funcionó a la perfección. Tanto por arriba como por abajo, el delantero se anticipó constantemente a Yepes que nunca pudo leer sus movimientos. Por cierto, es impresionante cómo a pesar de medir sólo 1,68, Alexis logra ser un activo constante en el juego directo. Cuando Chile tenía problemas para superar la presión colombiana, Bravo tiraba un balón largo hacia el ‘7’ que siempre se las arreglaba para ganar el balón dividido y habilitar a Valdivia. Gracias a Alexis, el ’10’ recibía siempre de cara y con el tiempo suficiente para diseccionar a la defensa rival. No es necesario explicar el daño que le hizo este movimiento a Colombia durante todo el primer tiempo, la capacidad del mediocampista del Palmeiras para el último pase es de sobra conocida. Así llegó el primer gol. Alexis fue a chocar arriba e incomodó lo suficiente a Yepes como para que le despeje no fuera limpio. Valdivia recibió en tres cuartos y metió un brutal pase hacia el desmarque de Vargas que fue derribado por Ospina. Penal, 0-1 y el estadio de Barranquilla en silencio.
Las caras de los aficionados colombianos eran un poema, pero por desgracia para ellos la pesadilla no había acabado. Unos minutos después, el pésimo trabajo del doble pivote local quedó en evidencia. Suena duro, pero lo de Aguilar y Carlos Sánchez en el primer tiempo no fue serio. Chile lograba filtrar balones a sus espaldas sin oposición alguna. La presión siempre estaba mal ejecutada y la pasividad total de James y Cuadrado en el repliegue empeoraba aún más las cosas. Así llegó el segundo gol del partido. Carmona filtro hacia Valdivia que abrió hacia Vargas en la derecha. El delantero del Gremio, completamente libre de marca tiró un centro hacia el corazón del área. Gol de Alexis. Siete minutos más tarde, el ‘7’ aumentaría su cuenta personal y pondría el 0-3 en el marcador. Silencio sepulcral en Barranquilla y exhibición del equipo de Sampaoli al que le había salido todo a pedir de boca.
Pékerman tenía que actuar. Una derrota ante un equipo tan bien trabajado hubiera sido entendible, pero el marcador y la desastrosa actuación amenazaban con acabar con la euforia instalada alrededor del proyecto y, por consiguiente, con la mentalidad ganadora de sus jugadores. El entrenador argentino hizo dos cambios, manteniendo el 4-4-2, pero pasando a jugar con un rombo en el centro del campo con Carlos Sánchez de mediocentro y Macnelly Torres como enganche. El ajuste fue brillante. Colombia pasó a tener superioridad numérica en el medio, lo que le permitió superar la presión chilena con más facilidad. Además, la posición más retrasada de Carlos Sánchez hizo que Valdivia siempre tuviera un hombre encima. Alexis siguió ganando sus duelos, pero donde antes tenía una descarga fácil ahora había un hombre marcado muy de cerca. Chile dejó de ser profunda y Colombia se hizo con el control del encuentro. El plus de intensidad aportado por Guarín encendió al estadio. Los locales comenzaron a presionar con tres arriba y a incomodar la salida de Chile. El primer gol de la remontada no tardó en llegar. Teófilo Gutierrez solucionó un lío en el área con un tiro cruzado y de pronto, todo Colombia empezó a creer que el milagro era posible.
Si bien los ajustes de Pékerman fueron muy importantes, Sampaoli también colaboró bastante con una deficiente lectura de juego. Al 61 decidió retirar a un disminuido Valdivia y darle entrada a Beausejour. Si bien la influencia sobre el partido del mediapunta del Palmeiras se había reducido drásticamente, cada contacto suyo con el balón le daba segundos a Chile para respirar. Sin el ’10 sobre el campo, la Roja volvió a ser ese equipo excesivamente vertical de hace casi un año y sus pérdidas de balón se dispararon. El desorden hizo que James multiplicara sus recepciones sobre el costado izquierdo y el crack del Mónaco comenzó a ser decisivo. El ‘10’ le hizo la vida imposible a Carmona primero (expulsado) y a Silva después, comandando la histórica remontada de su equipo. Pocas veces se había visto al metropolitano de Barranquilla tan eufórico como después del 3-3 final.
Sampaoli ha construido un conjunto maravilloso, pero cuando el estadio comenzó a apretar, Chile se quedó sólo con Alexis y Vidal sobre el campo. El ex-entrenador de la U de Chile tiene 8 meses para inyectar madurez y competitividad en su equipo. Si lo consigue, la Roja tiene todo lo necesario para sorprender a más de uno en el mundial de Brasil. Colombia, en cambio, ya está lista. Si algo le faltaba al proyecto de Pékerman era una noche como la de ayer. Habrá que seguirlos muy de cerca.